Antes de plantar en ocasiones es importante crear suelo donde pueda arraigar la vegetación que pretendemos introducir.
Hay muchas zonas de nuestro territorio donde, debido a las altenancias de sequías y lluvias torrenciales, el pastoreo mal gestionado y demasiado intensivo, los incendios y las malas prácticas agrícolas (exceso de herbicidas y de arado con creación de suelas y cahorros por labrar a contra curva de nivel) han llevado a que la erosión y la esquilmación de suelos haga imposible hacer un agujero para plantar.
Es aquí donde los bancales antierosión y los muretes de piedra seca, albarrales y balates favorecen la mejora de la geodiversidad y mejoran las condiciones de trabajo además de asegurar una adecuada retención de las escorrentías.
En el caso de los balates, albarrales y muretes de piedra seca es una forma de conjugar diferentes objetivos de aumento y mejora de la biodiversidad y la geodiversidad. Al tiempo que estamos ayudando a controlar la erosión y mantener los suelos, proveemos de refugio a multitud de especies beneficiosas de insectos, anfibios y reptiles. Sobre todo a Salamanquesas y Lagartijas, grandes predadoras de hormigas, polillas y otros insectos, por lo que son de gran ayuda en el control de plagas.
Como muestra unas imágenes de una de las ocasiones en las que hemos llevado a cabo esta labor.